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Docencia e Investigación

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Cádiz, 26 de enero de 2021

Inmaculada Aparicio Gutiérrez
Gerente del Gabinete Social y de coaching Motiva-te

Situación actual del Trabajo Social ante la situación de emergencia social: Sobrecarga profesional, falta de recursos, nuevos perfiles de usuarios/as y demandas más exigentes

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha desembocado en una crisis económica que, a su vez, ha causado una crisis social. A raíz de la declaración del estado de alarma comencé a investigar en profundidad sobre la incidencia del “síndrome de burnout” o “síndrome de quemarse en el trabajo” en los y las Trabajadoras Sociales.

Comencé a indagar, a través de grupos de discusión y entrevistas, en el proceso por el que estaban pasando muchos trabajadores y trabajadoras sociales en emergencias sociales, con personas sin hogar, gestionando el duelo en hospitales o cubriendo las necesidades básicas de miles de personas. Encontré muchos casos de profesionales trabajando contra reloj totalmente desbordados/as y con necesidad urgente de más recursos asistenciales. Esta sobrecarga profesional en la que se veían inmersos/as, estaba constituyendo un riesgo no sólo para su propia salud, sino también para la adecuada atención de usuarios/as y su proceso de acompañamiento social. En muchos casos, no podían centrarse en la inclusión social por tener que dar prioridad a tareas de gestión telemáticas y trámites online, ejerciendo en algunos casos como meros tramitadores/as de prestaciones.

Pude además comprobar que habían surgido nuevos perfiles de usuarios/as. Eran personas que nunca habían acudido a servicios sociales, y que aún parecían en estado de shock. Personas que no sabían cómo encajar su situación a nivel mental y emocional.

Los y las trabajadoras sociales, se quejaban de que no disponían de apenas tiempo para cada intervención, que se enfrentaban a demandas más exigentes y que en muchas ocasiones no existía un protocolo de actuación, dando lugar a que los propios profesionales no sabían cómo actuar ante estas demandas.

Estas percepciones que surgían según iba avanzando esta investigación, lo confirmaron en entrevista muchos/as profesionales: Insistían en que debido a los escasos recursos se producía una sobrecarga profesional tremenda. Indicaban que la situación se estaba volviendo muy negativa y afectaba ya a los usuarios y usuarias. Muchos/as transmitían un sentimiento compartido de agobio, estrés y “quemado”.

Dada mi anterior experiencia y que una de las grandes áreas de mi proyecto profesional está relacionada con el autocuidado de los y las Trabajadoras Sociales, vi claramente la necesidad de implementar nuevas herramientas para hacer frente a esta sobrecarga que cada vez era mayor, tanto a nivel personal del propio trabajador/a como a nivel de intervención con los y las usuarias.

Investigación realizada

Dado que una de las técnicas con mayor evidencia científica no sólo para la prevención del estrés sino también para la prevención del burnout es Mindfulness, me propuse relacionar esta técnica con el síndrome de burnout, en el contexto del Trabajo Social.

Encontré que la bibliografía que combina Minfulness, Burnout y Trabajo social es muy escasa en Europa, especialmente en España.

Todo esto derivó en el trabajo de investigación: “Aproximando Mindfulness al Trabajo Social” que estoy llevando a cabo a través del Máster de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza, con un convenio de colaboración en prácticas con el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz.

El objetivo principal de la investigación es estudiar el síndrome de burnout en el Trabajo Social y analizar los beneficios del Mindfulness en el bienestar de los y las trabajadoras sociales de la muestra, teniendo presente la crisis social actual.

Partiendo de este objetivo principal, se plantean otros objetivos específicos:

  • Analizar el nivel de burnout entre los y las Trabajadoras Sociales, en la muestra de este estudio. 
  • Analizar la aplicabilidad de Mindfulness en el burnout y en el aumento del bienestar entre los y las Trabajadoras Sociales, muestra de este estudio.

Como justificación metodológica, en esta investigación se ha adoptado la metodología cualitativa, y como estrategias de obtención de la información han sido clave los grupos de discusión, complementados con la observación, la conversación, análisis de artículos, entrevistas y participación activa en las actividades que han formado parte del convenio de prácticas a través del Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz.

La investigación ha comprendido las siguientes actividades, llevadas a cabo hasta el momento: 

  1. Cuestionario para medir el impacto de la crisis Social en los y las Trabajadoras sociales, organizado por el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz. Esta actividad ha servido para evaluar el IMPACTO DEL SÍNDROME DE BURNOUT EN EL TRABAJO SOCIAL.
  2. Realización de un Curso online, organizado por el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz, titulado “Aprendizaje y práctica de la atención plena en el contexto del Trabajo Social”. En este curso de Mindfulness, se incluyeron dos tests, anterior y posterior al curso, que permitían la evaluación de la APLICABILIDAD DEL MINDFULNESS EN SÍNDROME DE BURNOUT.
  3. Un total de 15 grupos de discusión, grupos focales, utilizando metodología comunicativa y donde los propios profesionales transmiten qué necesitan.

Asimismo, ha jugado un papel significativo el diario de campo.

La investigación se encuentra aún en la parte de análisis, pues se siguen recogiendo más datos a través de entrevistas y análisis de artículos de interés, donde compañeros y compañeras nos acercan con sus relatos y vivencias a realidades desconocidas.

Sin embargo, ya en este momento se pueden extraer conclusiones importantes:

Síndrome de burnout en el Trabajo Social en tiempos de crisis

El término “síndrome de burnout”, que en español se traduce como “síndrome del quemado” o “síndrome de estar quemado por el trabajo” se usó por primera vez en 1969. A lo largo de estos años ha habido muchas definiciones de distintos autores, aunque coinciden en que se produce un desgaste, agotamiento y quemado del profesional. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido oficialmente el síndrome de burnout como enfermedad. Este reconocimiento entrará en vigor el próximo 01/01/2022. Lo describe como “un síndrome conceptualizado como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”, caracterizado por tres dimensiones:

  1. Sentimientos de falta de energía o agotamiento.
  2. Aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo.
  3. Eficacia profesional reducida.

En la investigación realizada se propuso, bajo el marco de un convenio con el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz, la realización y difusión de un cuestionario para profundizar en el conocimiento del impacto de la crisis social en los y las Trabajadoras Sociales. Dicho cuestionario, estuvo disponible desde agosto hasta noviembre de 2020 y constó de un total de 47 preguntas, entre las que se incluyeron preguntas validadas usadas en cuestionarios tipo para investigaciones sobre el “Síndrome de burnout” (“Escala validada de MASLACH BURNOUT INVENTORY”), junto con otras preguntas adaptadas a las particularidades de la profesión, para poder relacionarlas y extraer conclusiones.

Los resultados más relevantes obtenidos de la muestra han sido:

  • IMPACTO DE LA CRISIS SOCIAL: Casi unánimemente, los y las Trabajadoras Sociales se han visto impactados/as laboralmente por las circunstancias actuales. Más de la mitad de la muestra indica que su desempeño se ha visto afectado.
  • RELACIÓN CON LAS INSTITUCIONES: Una mayoría siente que las funciones de los y las Trabajadoras sociales no están bien definidas y que existe un exceso de burocracia. 

Además, abrumadoramente consideran que se ha olvidado priorizar sus necesidades durante la crisis.

  • ESTADO PERSONAL.CANSANCIO FISICO Y PSIQUICO: Se aprecia que, un alto porcentaje dice sentir semanalmente molestias físicas (dolor de espalda, de cuello, o dolor de estómago) 

Casi la mitad de la muestra afirma sentirse “consumido/a” al final del día. La mayor parte de éstos (aproximadamente una de cada tres personas) se declara también “quemado/a” al menos una vez por semana.

  • ESTADO PERSONAL. CANSANCIO EMOCIONAL: Se extrae del análisis de los gráficos que aproximadamente el mismo porcentaje que dice sentirse “quemado/a” se declaran emocionalmente agotados /as por su trabajo. 

De éstos/as, la mayoría manifiestan haber necesitado algún tipo de ayuda emocional durante la crisis, al menos una vez por semana. Se trata de aproximadamente una de cada cuatro personas de la muestra.

  • RELACIÓN CON LA PROFESIÓN: Las conclusiones más relevantes de las preguntas en relación al ambiente laboral y relación con la profesión son que; aunque la mayor parte de la muestra está satisfecha con su trabajo actual, hay aproximadamente un 20% (una de cada cinco) que no sólo se plantea el cambio de trabajo, sino el dejar de ejercer la profesión.
  • AUTOCUIDADO: Se aprecia una distribución de las respuestas en relación al autocuidado que practican los y las Trabajadores Sociales, encontrando porcentajes significativos tanto entre los que lo practican como en lo que no. 

Sin embargo, estos profesionales creen mayoritariamente que no se están tomando medidas en este sentido en su ámbito profesional.

Herramientas de autocuidado para su prevención: Mindfulness

Para hacer frente a la sobrecarga laboral, es necesario en muchos casos usar herramientas de desarrollo personal y profesional en estas nuevas situaciones. 

Para el autocuidado en los y las profesionales del ámbito social existe un gran abanico de herramientas; como son el Coaching, la Programación Neurolingüística, herramientas y competencias derivadas de la Inteligencia Emocional, entre otras. Sin duda, una de las herramientas más efectivas con evidencia científica para la prevención y tratamiento del estrés y prevención del síndrome de burnout es Mindfulness. 

Mindfulness (que podría traducirse como “estar atento”) se refiere por un lado a un estado de la mente; y por otro lado, a las técnicas que permiten desarrollar este estado de la mente. Aunque existen muchas definiciones, una de las más utilizadas fuera de los ambientes científicos es la del monje budista Ticht Nat Hanh, quien la define como “mantener viva la propia conciencia focalizada en la realidad presente”.

Algunas de las técnicas que permiten desarrollar ese estado de la mente serían la meditación atencional, generación de aceptación, prácticas informales etc.

Es una técnica multiefectos, con beneficios a nivel atencional, sensorial, somático, experiencial y emocional. 

En la investigación realizada, para evaluar la aplicabilidad del Mindfulness en el tratamiento y prevención del síndrome de burnout se propuso la realización de un Curso online, organizado por el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz, con una duración de 8 horas (4 sesiones de 2 horas) titulado “Aprendizaje y práctica de la atención plena en el contexto del Trabajo Social”. En este curso de Mindfulness, se incluyeron dos tests, anterior y posterior al curso, que permitían evaluar cómo afectó la práctica al alumnado.

Como conclusión principal tras el análisis de los tests, se comprueba cómo las personas participantes con nivel de quemado alto, que no faltaron a ninguna sesión y que realizaron las prácticas recomendadas e hicieron seguimiento, al finalizar el curso no solo había aumentado su nivel de mindfulness, sino que también se había reducido su nivel de quemado.

Conclusiones generales hasta el momento

En la investigación realizada, por el momento se pueden extraer las siguientes conclusiones:

  1. En la muestra analizada, se comprueba cómo los y las Trabajadoras Sociales se consideran impactados/as laboralmente por esta crisis social, presentándose consecuencias en su salud física, mental y emocional.
  2. Aquellas personas de la muestra que se sentían “quemadas”, han reducido su nivel de quemado tras la práctica de Mindfulness. Asimismo, dentro del contexto del Trabajo Social, esta práctica les ha proporcionado otro tipo de beneficios, como por ejemplo la reducción de la rumiación, regulación emocional, exposición de miedos, etc.

Como investigación en curso, las conclusiones anteriores se consideran aún provisionales. 

En tiempos de incertidumbre, me motiva seguir moviendo al Trabajo Social, promoviendo el autocuidado desde la investigación para seguir avanzando en nuestra profesión. ¡JUNTOS Y JUNTAS HACEMOS MÁS! 

Bibliografía

  • El Sahili, L. (2015). Burnout. Consecuencias y soluciones. México: Manual Moderno.
  • Gil-Monte, P. R. (2005). El síndrome de Quemarse por el Trabajo (burnout). Una enfermedad laboral en la sociedad del bienestar. Madrid: Pirámide.

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