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Coahulia (México), 13 de febrero de 2023

Jesús Acevedo Alemán
Doctor en Políticas Sociales, con especialidad en Trabajo Social. Profesor de Tiempo Completo, Facultad de Trabajo Social. Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, México

Daphne Jaqueline Pérez Siller
Trabajadora Social. Facultad de Trabajo Social Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, Coahuila, México

Reflexionando sobre los trastornos

Según la Organización Mundial de la Salud (2022), un trastorno mental en principio se puede entender cómo, aquellas alteraciones clínicamente significativas de la cognición; dentro de la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo. En la mayoría de las ocasiones son entendidas como problemas de salud mental. Destacando el mismo organismo, que se pueden agrupar varias, y de diferentes tipologías, por el hecho de que el término es aún más amplio y puede abarcar, desde los trastornos mentales, las discapacidades psicosociales y otros estados mentales asociados a la angustia, a la discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. 

Por su parte, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-V-TR (2022) en sus más recientes modificaciones le denomina “Trastornos del desarrollo neurológico”, agrupando ocho dimensiones de ellas, como lo son: las Discapacidades intelectuales, los Trastornos de la comunicación, Trastornos del espectro del autismo, Trastornos de atención con hiperactividad, Trastorno específico del aprendizaje, Trastornos motores, Trastornos de tics y Otros trastornos del desarrollo neurológico (imagen 1).

Los desafíos que emanan del acompañamiento e intervención en los sectores poblacionales que atraviesan por algún tipo de Trastorno del Desarrollo Neurológico, se podrían agrupar en diferentes dimensiones, desde las personales, familiares, sociales, institucionales, sociedad civil, entre otros. En el caso puntual del ámbito educativo, las dificultades que se potencializan con el trabajo con los niños, niñas y adolescentes que presentan algún tipo de discapacidad intelectual, o trastorno de hiperactividad, repercute no solo en la formación escolar, sino en la dinámica de las familias, las cuales, al verse rebasadas en sus competencias parentales, es caldo de cultivo para la generación de escenarios y dinámicas estresantes de hostilidad y violencia. Revelando todo un entramado de necesidades y problemáticas en las familias, que requieren de acompañamientos cada vez más especializados y pertinentes, desde las diferentes trincheras disciplinares, como puede ser desde el Trabajo Social.

Imagen 1. Tipología de los Trastornos del Desarrollo Neurológico 

Fuente: DSM-V-TR (2022)

Repensando el Trabajo Social, frente a la esquizofrenia social

Ahora bien, aunado a lo anterior, en un mundo globalizado, de abrumantes transformaciones sociales, y de fenómenos complejos, que ofrecen oportunidades para un repensar del Trabajo Social como profesión y en consecuencia, para mejorar los diseños metodológicos que atiendan dichos desafíos sociales; a través de los conocimientos que permitan cultivar y reforzar no solo la identidad profesional, sino la capacidades para ubicarse en un mercado de trabajo cada vez más exigente y competitivo, como lo puede ser en una era Pos-pandémica (CELATS, 2022).

Momento histórico, donde predominan los fenómenos esquizofrénicos, caracterizados por la presencia de diversos trastornos mentales, en los cuales existe una distorsión del pensamiento, percepciones, emociones, lenguaje, conciencia y conducta; qué afecta a más de 21 millones de personas en el mundo y donde se desconoce su causa (Gobierno de México, 2022). En tal sentido, según el Foro Económico Mundial de Davos, se sitúa como el sexto riesgo global para el 2022, que se irá potencializando en los próximos años, representando la salud mental, uno de los elementos que más se estará deteriorando desde que empezó la pandemia del Covid-19 (Reunión Anual del Foro Económico Mundial, 2022).

Contexto, que se ha asociado al suicidio en todos los perfiles poblacionales, el cual según Acevedo (2019) en una era de creciente esquizofrenia social, se requiere de estrategias de mayor precisión, acompañadas de políticas publicas incluyentes, en donde se refleje la participación de todo los actores sociales e institucionales. A lo que Cornejo (2005) recomienda a partir de sus hallazgos en el caso del comportamiento suicida de los adolescentes, con algún tipo de trastorno, la necesidad de orientar estrategias de prevención del comportamiento suicida en diferentes niveles donde se observa el problema, como puede ser en los ámbitos familiares y educativos.

Argumentando Cassidy, Bradley, Robinson, Allison y McHugh (2016), la necesidad de fortalecer las valoraciones, los estudios vinculados a los impactos de las condiciones de los diferentes tipos de trastornos, y sus efectos en los riesgos de ideación y conductas suicidas, como es en el caso de las personas con Síndrome de Asperger; las cuales, son estigmatizadas peyorativamente como “flojos”, “malcriados”, “hiperactivos” o también como “tontos” o “estúpidos”. Etiquetas que afectan en su autoestima, ansiedad y depresión, y en casos más extremos en conductas suicidas. 

Desafiándose de igual manera, en el ámbito educativo, el cual pese a los esfuerzos por generar las condiciones incluyentes y de atención a las múltiples necesidades educativas, reconocidas en las premisas de la UNESCO (1994), donde se expone que las escuelas tienen que encontrar la manera de educar con éxito a todos los niños, incluidos aquellos con discapacidades graves. Que según la Unicef (2022), los niños, niñas y adolescentes con discapacidad, representan uno de los grupos de mayor marginación, y exclusión social, cuyos derechos son vulnerados de manera generalizada; enfrentando diariamente a actitudes negativas, estereotipos, estigma, violencia, abuso y aislamiento; así como la falta de políticas y leyes adecuadas, lo mismo que, la ausencia de oportunidades educativas y económicas.

Escenario que convoca a los diferentes profesionales, incluyendo al trabajo social; profesional que debe de involucrarse en el diseño de estrategias, y líneas de acción que permitan fomentar una cultura de equidad y de prácticas libres de violencia; bajo el respeto de los derechos humanos y las garantías necesarias para el buen vivir. Donde se involucren a las instituciones educativas, de manera que puedan generar acciones conjuntas, en diferentes niveles e impactos, mismas que contribuyan en el fortalecimiento emocional y la sanación de las familias, y cada uno de los actores involucrados en la atención aquellas condiciones de deterioro emocional. 

¿Mentes brillantes o enfermos mentales?

El conocimiento sobre el funcionamiento de la mente, cada día nos sorprende más, ante los nuevos hallazgos científicos; el reconocer que estamos frente a una nueva generación de humanos, con capacidades mentales distintas, nos abre la posibilidad para mejorar nuestros referentes teóricos y metodológicos. En tal sentido, al identificar que por una evolución genética en su cerebro, existen nuevos humanos que pueden relacionarse mental y emocionalmente con otros, y con su medio ambiente; pueden ver, oír y sentir, todo lo que los demás están experimentando; y que poseen un linaje genético que se destaca por contar con habilidades y destrezas por arriba del promedio; así como la capacidad de desafiar el sentido común, la audacia de recorrer el camino difícil y la manera de destacar por encima de los demás, gracias a la creatividad, el esfuerzo y la singularidad; estando en diferentes niveles cognitivos, donde sus relaciones interpersonales las llevan a otro nivel, y que son conocidos como los homo sensorium (Acevedo y Arteaga, 2019).

Donde autores como Gardner (1998), apuntan que dicha evolución del humano, se ha podido constatar al potencializar sus diferentes tipos de inteligencias, las cuales, pueden ostentar un solo sujeto en mayor o menor medida, dependiendo de su habilitación o destreza, como pueden ser: la inteligencia lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal y cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista. 

Es entonces, donde se contrasta las posturas entre el potencial de la mente y los Trastornos del Desarrollo Neurológico que pueden presentar. Premisa que pone en tela de juicio, las capacidades de la mente, frente los efectos adversos, ya sea por las condiciones de vida, por los escenarios hostiles, o por las realidades deprimentes que se pueden vivir; que sentencian a una mente brillante, en el mejor de los casos hacia el vituperio y escarnio social, o en el peor de los escenarios, hacia la locura o el suicidio, por sentirse incomprendidos, o no encontrarle, algún sentido a la misma vida (Barkley,1999). 

Lo anterior, como punta de iceberg, ofrece el panorama de varias áreas de oportunidades frente a los recientes entendimientos, de los trastornos del Desarrollo Neurológico; con directas implicaciones no solo, en el plano de las dinámicas personales, sino familiares, educativas, laborales, sociales, culturales, económicas, entre otras. Donde particularmente el trabajo social, puede generar innovaciones a partir de su congruencia disciplinar y su permanente búsqueda por una justicia social para todos.   

Consideraciones finales, pero no concluyentes 

La esquizofrenia social que se vive, acompañada por la necesidad de visibilizar aquello que no se entiende, mediante algún tipo de etiqueta que defina la salud mental, es y seguirá siendo, todo un tema reflexivo y de amplio espectro de construcción de nuevos saberes; que se irá acortando la brecha, en la medida que se disipe la ignorancia, el prejuicio y los miedos, por el conocimiento verdadero, aquel que pueda ser fundamentado, reflexivo, y proactivo, que busque en todo momento el mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos, o que mínimamente contribuyan a ir cerrando las brechas de las desigualdades sociales, frente un mundo que por su canibalismo social, sostiene aparentemente a los más fuertes, frente a los más débiles. Que a fin de cuenta, ¿quién dice?, que eso no es a la inversa, y aquellos etiquetados como enfermos mentales, pueden ser los que cuenten con las respuestas para mejorar el mundo y con ello, salvar a la misma humanidad. 

El cerebro y su entendimiento, como una Matrioshka, aún nos ofrece senderos y niveles que podemos seguir explorando, y al hacerlo se pueden identificar formas distintas de construir, y de generar ecosistemas incluyentes y de paz. ¡Atrévete a hacerlo!

Referencias

Acevedo Alemán, Jesús (2019). El suicidio infantil, retos de una sociedad global. Tópicos del Trabajo Socia. REVISTA INTERNACIONAL DE TRABAJO SOCIAL Y BIENESTAR ASARBE. Nº 8 (49-59) 2019.

Acevedo, J. y Arteaga, C. (2019). La irracionalidad. Porque de lo irracional también se puede hacer teoría. México, UNAM-ENTS

Asociación Americana de Psiquiatría (APA) (2022). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5.ª edición, DSM-5-TR 

Barkley, R. (1999). Niños hiperactivos: cómo comprender y atender sus necesidades especiales. Barcelona: Paidós. 

Cassidy, Sarah; Bradley, Paul; Robinson, Janine; Allison, Carrie y McHugh, Meghan (2016). Ideación suicida e intentos o planes de suicidio en adultos con Síndrome de Asperger, asistiendo a una clínica especializada en el diagnóstico: estudio de una cohorte clínica” RET, Revista de Toxicomanías. N.º. 77 – 2016 

Cornejo, J. W. (2005). Prevalencia del trastorno por déficit de atención hiperactividad en niños y adolescentes colombianos. En: Revista de Neurología. Vol. 40, No 12, pp. 716-722. 

Gobierno de México (2022). La esquizofrenia en México. https://www.gob.mx/salud/articulos/que-es-la-esquizofrenia 

Gardner, H. (1998). A Reply to Perry D. Klein’s ‘Multiplying the problems of intelligence by eight’. Canadian Journal of Education, 23 (1): 96–102. doi:10.2307/1585968. JSTOR 1585790.

OMS (2022). Trastornos mentales, su definición y cifras en el mundo. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders

CELATS (2022). Trabajo social latinoamericano. https://celats.org/quienes-somos/

Reunión Anual del Foro Económico Mundial (2022). Riesgos globales de salud. https://es.weforum.org/events/world-economic-forum-annual-meeting-2022 

UNESCO (1994). Declaración de salamanca y marco de acción, para las necesidades educativas especiales, http://www.unesco.org/education/pdf/SALAMA_S.PDF

Unicef (2022). La discapacidad infantil. https://www.unicef.org/lac/ninos-ninas-y-adolescentes-con-discapacidad 

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